Es muy recomendable dejar que la salsa se oxide cuando menos a lo largo de una hora, de esa forma cambiará su color a un tono pardo obscuro y el gusto evolucionará completamente. Como suele ser frecuente en mi cocina, todo comienza por un sofrito (echen una ojeada al número de las Navidades pasadas). Así pues, picamos las hortalizas y las ponemos a sudar en una sartén tapada y con aceite de oliva . En el momento en que veamos que están transparentes y empezando a coger color, las regamos con el amontillado y dejamos que hiervan hasta volver a quedar sin caldo. Entonces agregamos el tomate y dejamos que todo se compenetre bien.
Dejar realizar a lo largo de al menos media hora a fuego despacio. Una vez flameado añadir el vino blanco y dejar achicar a fuego despacio unos minutos; añadir entonces el caldo llevar a ebullición y cocer durante 15 minutos. En la misma sartén realizar a fuego suavísima, las cebollas, los ajos, los tomates aderezando la mezcla con estragón, perejil, laurel y tomillo; cuando, esté hecho se vierte sobre los trozos de bogavante, se salpica el conjunto con el armanac y se flamea. En un instante tenía un recetón para asombrar a sus comensales. Ubicamos los trozos de bogavante sobre la salsa y, al instante de comer, se excita. Según veamos que rompe a hervir, vamos dando la vuelta a todos y cada uno de los trozos uno por uno y sólo con ese calor ahora quedarán cocidos en su punto.
Información De La Receta
Se puede añadir 20 g de mantequilla para ofrecerle algo más de textura, mientras se le da unas vueltas y se integra con perfección con el calor. En una cazuela con abundante con sal, coceremos los bogavantes unos 7 minutos aprox., sacaremos y los introduciremos en agua muy fría para parar la cocción, vamos a sacar y cortaremos por la mitad, y reservaremos. Incorporar las zanahorias, las hierbas provenzales y salpimentar. Cocinar a fuego medio unos 8 minutos aprox., regar con el brandy y dejar que evaporen el alcohol.
Entonces lo pasamos todo por el chino o por la batidora y lo volvemos a poner en la sartén (se debe tener cuidado pues una vez pasada y con el chocolate, es simple que la salsa se pegue). Es el instante de probar y rectificar de sal y pimienta. Cortar el bogavante en rodajas la parte de la cola. Extraer el cascaron de la cabeza, y machacar la sustancia interior en un mortero y añadir la mezcla a la sartén, (se puede poner el cascaron con el sofrito para que coja más gusto). La salsa americana acompaña estupendamente cualquier género de pescado o marisco.
Bogavante A La Americana Estilo Navideño
Se retiran los trozos de bogavante y se reservan en una fuente de servicio, antes calentada. Se pone la salsa al fuego vivo, se hace hervir, se le añaden el coñac, el jerez y se deja achicar un poco. Estos crustáceos, primos hermanos de la langosta americana y de las cigalas o carabineros, poseen una carne exquisita, muy apreciada tanto por la textura como por su inconfundible sabor. Comprad el bogavante en su temporada o asimismo comprarlo congelado. Rectificar la sal y la pimienta, añadir la nata y dejar hervir unos minutos mucho más. Añadir el agua, salpimentar y dejar cocer unos 60 minutos a fuego moderado.
1 vaso de ron añejo (lo de el es brandy, pero el ron me parece mucho más exótico). A fin de que coja mucho más sabor debe descansar unos cuantos horas, y después recalentar todo otra vez muy de manera lenta. Volcamos este mejunje sobre la salsa, y combinamos enérgicamente, dejando que hierva un rato hasta que se haya evaporado el exceso de alcohol (en el momento en que deje de olfatear a coñac). Entre tanto, en un plato, ayudandose con un tenedor, se mezclan de manera perfecta los corales con una cantidad semejante de mantequilla aproximadamente unos 50 gr.
Añadir el tomate, las cabezas del marisco, el estragón y flambear con el brandy. Dejar hervir medio tapado y a fuego despacio durante media hora. Cortar las cabezas de bogavante a lo largo y dorarlas en una olla con el aceite y media mantequilla. Sacar las cabezas y añadir la verdura menos el tomate.
Triturar el caldo final agregando el resto de la mantequilla para dar brillo. Una historia rocambolesca que nos sirve de razonamiento para detallar como se tienen que cocer los camarones y gozar de su sabor y aromas. De todos modos esta salsa es un mole, y mi abuelo, que era indiano, seguro que comía las insípidas langostas del golfo de Tampico con esta exquisita salsa, así que mi abuela y mi padre, solían preparar en el hogar la auténtica langosta a la de america .
Se condimentan los trozos del crustáceo con sal y pimienta y se doran con el aceite y la mantequilla muy calientes en una cazuela. Guardar mi nombre, correo, página web y en este navegador para la próxima vez que comente. Acompañar el platito con arroz hervido y un buen vino blanco de aguja. Calentar el aceite en un sartén y llevar a cabo los redondeles de bogavante por los dos lados hasta el momento en que el caparazón esté bien rojo, retirarlos y reservarlos al calor.
Queda muy mono, pero me ha semejado más sincero retratar el plato tal y como queda en la realidad, aunque resulte estéticamente lamentable, pero así el lector-cocinero, cuando concluya su obra, no se sentirá traumatizado suponiendo que ha montado un estropicio. Esta sangre debe ir recogiéndose regularmente y echándose a la salsa o al bol con el ron, por el hecho de que sino se cuaja y queda fea, pero da bastante gusto. Pongo ciertas fotos ilustrativas del macabro desarrollo por si entran los pequeños y ven el estropicio. Siempre es un recurso justificarse diciendo que en la gaceta afirmaban que había que proceder de esta forma. El enorme cocinero de la mar, Jacques le Divellec, hace una aproximación y llama a este civet “Homard a la catalane”, si bien sigue sin poner chocolate. En Asturias es un plato bien conocido, clásico de las mesas burguesas de mediados del siglo XX, en general de procedencia indiana, pero fue mi amigo Miquel Fabré quién me dio una pista interesantísima.
Empecemos por realizar un sofrito con los ajos, los puerros y la cebolla, y las echalotas, poniendo cinco medidas de cuchara de aceite de oliva y dos de mantequilla, y dejando que se lleve a cabo muy lentamente. Para hacer la salsa americana se pelan los 500 g de langostinos. Se reservan las carcasas y cabezas para emplear más adelante, a lo largo del cocinado de la salsa. Calentar un poquito de aceite de oliva en una sartén amplia o olla y pochar los tres primeros ingredientes, quitando bien durante un minuto. Hay un truco que solemos usar los fotógrafos gastronómicos consistente en montar el plato con un bogavante hervido y la salsa realizando filigranas.
Es una salsa llevada a cabo con un fumet de mariscos aromatizado con tomates, ajo, cebolla, coñac y vino blanco. Está basada en el plato “bogavante a la de america”, también llamado “bogavante a la armoricana”, comunicado en torno a los años 1870 por un cocinero francés, Pierre Fraisse, que había trabajado en USA. Mi pluma y mi cámara son dos herramientas imprescindibles en mi día a día. Con ellas cocino recetas y viajo con cada una de ellas alrededor del mundo.
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La salsa de america es una salsa llevada a cabo primordialmente a base caldo de marisco y los jugos resultantes de sofreír las carcasas o las cabezas del propio marisco, con algunas verduras. Originalmente se utilizaba bogavante, pero asimismo se pueden usar otros mariscos más asequibles. Añadiremos el tomate para que se deshagan echaremos asimismo el concentrado de tomate, la cayena, eso le va a dar un punto picante delicioso, dejar que reduzca y ubrir con el caldo, cocer a fuego suave a lo largo de 20 minutos, vigilando por si hace falta más líquido. El bogavante queda sabroso, con un sabor a mar increible. Al tratarse de una receta de bogavante a la americana con esa salsa deliciosa , esta vez, el resultado es jugoso y sabroso.