Algo que tiene que ver con la calidad y abundancia de la leche que se produce en este área, donde otro género de dulces elaborados con lácteos, son muy propios. Y, aunque no sea muy preciso recordarlo por el hecho de que no es muy probable que te sobre alguna, las torrijas se toman al instante, no es un postre casero que aguante bien de un día para otro. Si te has pasado de cantidad, jura que queden a temperatura ambiente cubiertas con largo familiar. Evitar meterlas al frigorífico a fin de que no se impregnen de otros sabores. En el momento de cortar el pan para torrijas hay que tener en cuenta que no sea muy fino para que no se deshagan. Nuestro consejo es que cada rebanada tenga entre uno o 2 dedos de grosor, y de esta manera van a quedar tiernas y esponjosas.
Te aconsejamos que emplees leche entera o cualquier variación vegana que te guste, a fin de que la torrija salga más mantecosa. No es muy aconsejable sumergir el pan en nata, por el hecho de que el postre sumará de manera innecesaria muchas calorías nada saludables. Sean cuáles sean sus orígenes, lo cierto es que las torrijas de pan y leche forman una de esas recetas fáciles y rápidas de postres caseros, que nos chifla disfrutar. Seguidora de Karlos Arguiano entre otras cosas “por lo limpio que es”.
Telenoticias Fin De Semana 2 27112022
Al paso que se hacen en otro plato añadimos la mezcla del azúcar y la canela bien esparcido. Añadimos el aceite a la sartén que cubra la mitad de las rodajas y una vez calentito agregamos las torrijas. Una vez blanditas las agregamos al huevo vuelta y vuelta (no tires la leche con miel aún tenemos la posibilidad de usarla).
Al estar doraditas por ambos lados, las colocamos en papel absorbente. Ponemos a hervir en un cazo la leche con la Canela en rama, el azúcar y la piel del limón (Tal y como si fuéramos a realizar un arroz con leche) durante unos minutos sin que se pegue, a fuego lento. Vamos mojando las rebanadas de pan en la leche, tienen que impregnarse bien, sin chorrear cuando las retiramos. Por último, pone la leche frita sobre una fuente y espolvorea con canela y azúcar glass. Ve sacando las torrijas con una espumadera y las pones en una rejilla o sobre papel de cocina, a fin de que escurran el aceite.
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Además de esto, te va a quedar muy mantecosa y la puedes elaborar de un día para otro, porque es un postre que se toma frío. Si es importante elegir bien el pan para torrijas, el aceite para freirlas no es así menos. La clave está en cocinar los elementos de la máxima calidad con cariño. Como manda la tradición, idóneas para desayunarlas o merendarlas o acabar un óptimo menú con estas torrijas de Alalpardo de postre.
También es importante que te asegures de que el pan quede bien empapado en leche. Para esto déjalas reposar un tiempo en una fuente y de este modo te aseguras de que la miga absorba bien el líquido, más que nada sí has elegido un corte abultado de rodaja. No hay Semana Santa sin una buena torrija que nos endulce el paladar. En el Mesón \’El Toril\’, de Alalpardo, nos desvelan la receta que aprendió de la abuela Felisa.
Antes de echarlas en la sartén se rebozan en huevo y se ponen a freír por cada lado. Se escurre el aceite sobrante y se pasan por azúcar molido y canela y ahora están listas para comer. Hemos elegido para esta receta tan clásico el aceite de girasol Sandúa, pues es uno de los mejores aceites para freír alimentos y además de esto, no deja sabor, con lo que no le quitará sabor a la leche frita. Añade a la leche una corteza de limón o de naranja, lo que tengas en el hogar, y una rama de canela, puedes reemplazarlo por canela en polvo, pero siempre es mucho más natural en palo. Escogido el pan para torrijas que mucho más te agrade, toca calentar la leche.
Ponemos en un envase un poco de aguamiel y colo colocamos las torrijas, añadimos agua miel por arriba, y espolvoreamos la Canela en polvo. Preparamos “la cadena de montaje” leche, un colador o escurridor, los huevos y a la sartén con el aceite ardiente. Retiramos del fuego la leche y dejamos enfriar un tanto. En un plato hondo partimos y batimos bien los huevos.
Una vez hechas las revolcamos por el azúcar y la canela. Calentamos la leche al microondas con la miel hasta que mires que la miel está completamente líquida. Revela esta receta simple y entretenida para una merienda como ninguna otra.
Colocamos la leche, la nata y el azúcar en un cazo al fuego. Es una receta típica de la Semana Santa y como las abuelas no las cocina absolutamente nadie, así que aquí les dejo la receta que hace mi abuela Inés. Se colocan las torrijas en una fuente y se rocían con este almíbar. Mientras bate los huevos y vete rebozando de una en una cada torrija.