En el vaso de batidora, pon seis tomates secos en aceite bien escurridos, un ajo picado, 40 g de piñones tostados o avellanas peladas, y unas hojas de albahaca fría. Pícalo bien, añade 50 g de queso parmesano rallado y una cucharada de aceite, y revuelve hasta que quede todo bien que viene dentro. Para rebajar calorías, puedes emplear tomates secos y remojarlos en agua templada antes de utilizarlos.
Acciónala a velocidad lenta y no la muevas hasta que comience a emulsionar. Entonces, añade 200 g de queso batido desnatado y bate realizando suaves movimientos hacia arriba y hacia abajo. En este momento que sabéis cómo realizar salsa mayopesto casera pensemos en qué tenemos la posibilidad de utilizarla.
Como se deduce de su nombre, la salsa mayopesto es una creación culinaria consistente en una mezcla de salsa mayonesa y salsa pesto italiano o pesto verde tracicional genovés combinados en cierta proporción como observaremos después. Las reinas de las salsas para ensaladas son las vinagretas, que es considerablemente más que echar aceite, vinagre y sal a la ensalada. Al llevarlo a cabo aparte, controlas mejor la cantidad, lo mezclas bien y así queda mucho más consistente y mejor repartido. A continuación, tienes la receta de la vinagreta básica y otras salsas para ensalada fáciles y muy socorridas.
Salsa Rosa Casera
En el vaso de la batidora, coloca un diente de ajo pelado y picado, un puñado de piñones tostados, un puñado de hojas de albaca fresca, unos cuantos cucharadas de aceite de oliva y bátelos hasta el momento en que queden bien ligados. Entonces, añade 50 g queso parmesano, si quieres una versión mucho más clásico, o 50 g de queso freso o youghourt desnatado, si deseas una versión mucho más rápida, y mezcla bien de nuevo. Coloca dos yemas de huevo, 2 medidas de cuchara de aceite, algo de jugo de limón y una migaja de sal.
Una vez juntos en el bol, los removemos con varillas hasta integrarlos en una salsa única, verde y con rápidos trocitos de piñones y queso. Lo bueno de esta salsa es que resulta increíble para su empleo en numerosas recetas, aliñando una ensaladilla, acompañando platos de pescado, carnes a la plancha, hamburguesas o incluso en recetas de pasta italiana. Ya os enseñaremos de qué forma usarla en los próximas publicaciones.
Trituramos las anchoas hasta conformar una pasta, agregamos el resto de elementos, combinamos bien y condimentamos con tabasco al gusto. Las salsas derivadas de la mayonesa son la salsa chantilli, la salsa remolada o remoulade, la salsa tártara, la salsa rosa, la salsa andaluza y la salsa rusa. Y hasta aqui el recopilatorio de hoy, 17 recetas para los muy mayoneseros que harán las exquisiteces de esos con quienes las compartáis. Variadas, polivalentes, auténticos y, sobre todo, sabrosísimas.
Recetas De Pescados Y Mariscos
Su gusto es bien interesante y resulta genial para salsear hamburguesas, para hacer un temtempié con pan y anchoas, es idónea para aliñar una ensalada de tomate y aguacate o como salsa para las recetas de pescados. Asimismo les recomiendo probarla sustituyendo la mahonesa en la ensaladilla rusa rápida, que va a quedar con un color verde clarito muy original. En primer lugar, pica 50 g de anchoas con un diente de ajo y mézclalos bien hasta conseguir una pasta. Luego, bate 3 yemas de huevo adjuntado con una cucharada chica de mostaza de Dijon, un par de aceite y un par de zumo de limón, y bate hasta que queden bien ligados.
Después de esto sólo queda que os enfundéis los delantales, escojáis una de ellas, y les lancéis a dejarla lista ya mismo. Este es de los mejores pasteles que podáis preparar, el resultado jugoso y muy sabroso. Recomendamos que lo preparéis para vuestros familiares o amigos y que juguéis a hacerles adivinar cuál es el ingrediente misterio.
Podemos restarle calorías si no abusamos del alioli, pero…¿quién se resiste? Es perfecta para las cenas de verano, en el momento en que el calor nos quita las ganas de comer platos más concluyente y procuramos recetas veloces para aprovechar más el día en la playa o la piscina. Además es una forma de salir de la rutina de la salsa de tomate. Muy populares en España son la veganesa, elaborada a bas de frutos secos, aceite de oliva, vinagre , limón y agua, y la lactonesa, en la que se reemplaza parte del aceite por leche entera y cuyo resultado final es muy afín a la tradicional salsa de toda la vida. En mi humilde opinión, la base de una aceptable mahonesa está, principalmente, en la elección de un aceite conveniente.
En el momento en que comen las peques coloco uno pequeño o medio y si es para nosotros y lo deseamos más potente de gusto le coloco unos cuantos, eso ya lo dejo a vuestro gusto. Hoy iremos a elaborar una receta con una ingrediente que en lo particular me encanta y que utilizo mucho en mi cocina, se habla del cilantro. Les recuerdo que en todas y cada una ellas puede usarse como base la mahonesa baja en grasas que ya os enseñamos de qué forma se hace y que va a hacer que todas y cada una estas salsas sean menos calóricas. Añadir la mezcla de salsas sobre la ensalada. Lo único que hay que llevar a cabo es añadir la nata montada a la mahonesa y entremezclarla con movimientos envolventes para que no pierda demasiado aire. Cortar tomates y agregarlos a los laterales que asi nos sirven al unísono para embellecer el plato.
Todo ello a través de recetas ricas, sanas y saludables. Si hay una receta con la que, la mayoría de nosotros, asociamos la salsa mayonesa, esa es la ensaladilla rusa. Exactamente la misma ocurre con la salsa en sí, de este se pueden conseguir multitud de variaciones. Tenemos la posibilidad de dejarla lista tal cual, en versión ensaladilla rusa ligera, con pollo, como es el caso de la ensalada Biof, tradicional de Rumanía, o verstirla de gala, como ocurre con la ensaladilla rusa con rape, festiva y muy elegante.
Salsa César Casera
Añádele una migaja de sal y bate hasta el momento en que emulsione. La salsa de mostaza y miel también queda muy bien con un poco de ajo picado, que puedes poner crudo o saltearlo para que no resulte tan fuerte. Empezamos mejorando una mayonesa casera, para lo cual ponemos en el vaso batidor un huevo y lo cubrimos con aceite de girasol. Agregamos la sal y un poco de jugo de limón y ponemos en marcha la batidora metida hasta el fondo del vaso, subiendo despacio una vez comience a emulsionar.